Libro de Genesis Capitulo 42:1-38
Estudio personal de la sagrada y poderosa
palabra de Dios
1- Mensaje de Dios para hoy:
La confianza sin prudencia es un error fatal (Ge 42: 4).
2- Promesa de Dios para hoy:
Dios hoy proveerá la provisión que mi casa necesita (Ge 42: 19).
3- Mandamiento de Dios para hoy:
Saber aceptar la exhortación de Dios, que venga de uno de sus ungidos.
4- Aplicación personal:
Este capítulo me es sin duda un desafío, visto desde cualquier punto tratado en el texto, se muestra con claridad que yo en algún momento de mi vida tome actitudes que sin duda, me ubicarían en la posición de Jacob, sus diez hijos, o José, solo por tomar los ejemplos personales que veo, y no los ejemplos de aspectos generales, también en este texto y aplicables a mí.
En un punto tengo a Jacob, visiblemente afligido por la situación de escases en su casa, molesto por la actitud de sus hijos y todavía herido en su alma, por lo que para él era, la perdida de José. Estoy convencido que nada de lo que hoy me aflige, ni la escases por la que atravieso y menos las heridas infringidas a mi alma por quienes amo y son de mi entorno (hay quienes no les gusta aceptar que los de su entorno les hieren). No una de ellas, son sin propósito de Dios, un propósito camuflajeado dentro de lo que se me enseño, llamado proceso. El detalle está, en que cuando todo esto viene, es cuando lo que Dios puso en mi, comienza a guerrear contra lo que el mundo puso en mi y peor aún, contra lo que el enemigo derrotado, pretende poner en mi. Es cuando mi relación con Dios, se hace vital en mi necesidad de manifestar lo que Dios puso en mi, ósea su santo espíritu, para guiarme a vencer toda adversidad y tentación, externa o interna, para que yo pueda llegar a el punto de desarrollo espiritual que Dios quiere formar en mí, pero eso depende, ya no de Dios, porque él me ayuda, sino de mi, en recibir, aceptar y apreciar, su ayuda.
Me encuentro en un punto ahora para nada cómodo, ni agradable, pero la verdad llama. Los Diez hermanos de José, hijos de Jacob, padre de José, ósea yo, visto desde el punto de vista de un hermano. Cuando mi pastor o alguien de mi familia, sea mama, o hermanos, me ven mirando a mi alrededor, como aletargado en el tiempo, esperando, no sé que, para hacer lo que ellos saben, debo hacer, reconozco que muchas veces me he distraído de hacer lo que Dios quiere, y aunque por alguna razón lejana, estando ya crecido y madurado en muchos aspectos, aun tengo el peso de aquello que hice que no me quiere dejar avanzar, pero gloria a Dios por los padres que en vez de criticarme, de pretender ofenderme o sacar provecho de mí, me dicen “¿Por qué os estáis mirando?” (Ge 42: 1). Esto es diciéndome, deja de compadecerte de ti, y ve al que te puede dar sustento, ósea Dios el “señor de la tierra” (Ge 42:6).
Después de reflexionar y considerando lo antes escrito, debo ver la situación de José, no desde un punto de vista de la necesidad de prosperar, porque es un hecho que José esta prosperado en este capítulo. Debo luchar por tener la sabiduría necesaria en extraer de mi, la conducta necesaria para ayudar a mis hermanos, sin destruir, o hablar mentiras, al contrario, poniendo primero mi amor por ellos, antes de hacer cualquier cosa.
José tenía en frente de él a quienes le pretendieron matar, le vendieron, lo humillaron, lo separaron del amor de su padre, entre otras, como consecuencia, José después de muchos años de vivir en una condición muy fuerte, se encuentra de frente y según su sueño, inclinados ante él, a sus hermanos los que le vendieron. Pero pienso en esto, ¿qué hubiese pasado si José no es traicionado por sus hermanos etc.? ¿Y nunca hubiese estado en la cárcel con el copero?, ¿ni a faraón se le hubiese dicho del talento de José?, y como dijo José: “Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla (Ge 41:32). Ósea esto sucedería sin poder evitarlo, ¿qué hubiese sucedido con su familia, con la tierra de Egipto etc.? pues bien, todos hubieran muerto de hambre.
Es increíble como Dios me coloca en situaciones tan fuertes y teje su plan de salvación, a través de aflicciones y traiciones. Todo para salvar, no una familia sino una tierra como la de Egipto, este gran Egipto moderno que se llama mundo contemporáneo.
En aquel tiempo hubo un José, pero en estos tiempos, el verbo se hizo carne, no para habitar entre nosotros como dice Juan 1. 14, sino ese verbo resucito para morar en nosotros, dentro de nosotros, dentro de mí. Porque hay mucha gente que se salvará, gracias a que este José que escribe, pasó por su proceso, ahora procuro la manifestación del hijo de Dios en mí, hay quienes no la ven, pero todavía no ha llegado su hora.
5- Texto Rhema:
(Ge 42:38) Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
Nota: Dios está desentrañando su plan en mi vida, muchas veces, pidiéndome lo que yo mas amo, hasta hacerme entender que lo que yo más debo amar, es a él.