Libro de Exodo Capitulo 12:1-51
Estudio personal de la sagrada y poderosa
palabra de Dios
1- Mensaje de Dios para hoy:
Dios quiere que yo celebre el día que el mi libro de la opresión del pecado (Ex 12: 14).
2- Promesa de Dios para hoy:
Así como Jehová dio gracia a su pueblo para despojar sin violencia a los egipcios, así Él me dará gracias en las finanzas hoy y siempre. (Ex 12: 36)
3- Mandamiento a obedecer:
Para ser contado como pueblo de Dios debo ser circuncidado en el nuevo pacto, Cristo (Ex 12: 24)
4- Aplicación personal:
Mar de sabiduría desplegada por Dios, mostrando no solo su poder sino su amor (Ex 12: 4), su regalo de la comunión con Él, respetando sus estatutos no para oprimirme sino bendecirme (Ex 12: 14), su deseo de bendecirme, aun mas, como usa un vasto despliegue de acontecimientos que son figura de Cristo, que no estaban propuestas para aquel pueblo, que salía a un desierto, sino para mí que voy entrando en su reposo.
Cada vez que Dios hace algo, lo hace con el conocimiento pleno de cada consecuencia, y normalmente un hombre natural no puede discernir a plenitud la intención de Dios. Pero yo, que soy un hijo del rey, que llevo en mi a el espíritu que guía a toda verdad, yo entiendo perfectamente que hace Dios, y eso es: su voluntad, no invierto mi tiempo en pretender desglosar los detalles precisos, porque me encontraría en la cruda y poderosa realidad, que es demasiada información para un cerebro tan pequeño, pero en mi espíritu, reposo en la confianza que, cuando Dios actúa yo puedo estar tranquilo y confiado.
Llamó mi atención que el primer estatuto que Jehová le dio a su pueblo, fue cuando aun Israel estaba en cautividad, y ese estatuto se respetó, desde antes que se ejecutara. Esto me dice que si yo quiero que el poder de Dios se manifieste en mi, primero yo tengo que manifestarle a Él, mi sujeción, obediencia, y lealtad.
Fueron tres las marcas que le decían a Jehová, que casa era salva de la muerte, no dos, no una, sino tres, la del dintel y los dos postes, esto me trae a reflexión la plenitud del gran YO SOY, visto que el Padre; crea, el Hijo; redime, y el Espíritu Santo; santifica. Esto es lo que hoy procuro en mi vida, para que ningún mal prevalezca contra mí, porque tengo las señales del padre, todo lo que hago debe ser bueno y bueno en gran manera, todo esto debe ser para la gloria de Dios y no mía, como lo dijo y hizo Cristo mi salvador, y mi espíritu, alma y cuerpo, deben estar en santidad. Cuando algún mal viene sobre mí y ve esas tres señales dice: ya la sangre del cordero fue derramada aquí y no tengo nada que hacer allí.
Toda una nación destruida en ruinas, no solo físicas sino sin cobertura de Dios y despojada de sus falsos dioses, la gente que aunque egipcia dijo “yo quiero ese Jehová como mi Dios también” fue y siguió a Israel decidiendo por ellos mismos el servirle a Jehová, esos fueron los verdaderos astutos y valientes de egipto, (Ex 12: 37,38). Es por esto que yo como pueblo de Dios no puedo andar como andan los del mundo, portándose como si su Dios es un Faraón, para que ellos anhelen seguirme, deben ver en mi obediencia, paz, gracia, y aunque las cosas no me salieron muy bien, porque anduve oprimido. Mas ahora a causa de yo escuchar la voz de un Moisés enviado de Jehová, pude salir con la victoria en mis manos, es allí donde veo la importancia continua de la obediencia a los siervos de Dios.
5- Texto Rhema:
(Ex 12:48). Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella.
Nota: desde el principio Dios abrió la oportunidad de salvación a todos, pero la oportunidad de entrar al lugar santísimo cada día, estaba guardado para los que recibimos la señal del nuevo pacto. La sangre de Cristo, su amor y autoridad en nuestras vidas.
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