DEVOCIONAL: Viernes 05 Marzo 2010

Libro Numeros Capitulo 11: 1-35
Estudio personal de la sagrada y poderosa
Palabra de Dios



1- Mensaje de Dios para hoy:

Dios desprecia la codicia.



2- Promesa de Dios para hoy:

Dios derramara del espíritu de pasión por los perdidos de mi apóstol en mí.



3- Mandamiento a obedecer:

Tener actitud de Moisés cuando veo un pueblo desviado de su camino, y con la ira de Dios en sus vidas.



4- Aplicación personal:

Terrible situación la planteada en este capítulo, donde Dios me habla, directamente de cosas de las que Él enciende su ira contra naciones enteras.

Yo como nación apartada para el servicio a Jehová de los ejércitos, debo cuidarme de no confundir, el amor de Dios, con querer obligar a Dios; porque nadie, ni en los cielos, ni en la tierra, ni debajo de ella; puede forzar a Dios para que Él haga algo, de hecho para aflicción y reflexión, fue que Dios consintió el capricho de comer carne de Israel, así mismo yo, puedo cometer errores en los deseos de mi carne, que podría Dios cumplirlos, solo para Él mostrarme, porque no debía ser cumplido tal deseo.

Fue para Moisés esa actitud del pueblo de Dios tan desalentadora, que le pareció mal (11:10) y comenzó a abrirle su corazón a Dios. Y es en ese tema donde Dios me habla hoy, diciéndome que no puedo pretender que yo solo soy a quien le duelen las cosas, y que aunque hallan mas que sientan como yo, Dios nunca dejara de considerar los deseos de mi corazón. Porque aquí veo a Dios no solo complaciendo el deseo de carne, de Israel, sino también el deseo de carne de Moisés; solo que un deseo (Israel) era para saciar apetitos del cuerpo, y otro muy diferente, (el de Moisés) que era para saciar una necesidad del alma. Así yo también en algún momento he querido comer algo que para mi organismo hace daño, como también he querido buscar apoyo de manera equivocada, quejándomele a Dios en lugar de hablarle como  a un padre, y es por esa razón que Dios introduce esta pregunta “¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová?” diciéndole Dios a Moisés en aquel desierto y a mí en este momento, que Él es tanto Dios, que su poder no mengua, por grande que sean los milagros de su poder, que antes yo pude haber visto.

Llamo mi atención que Dios mientras atendía la petición del pueblo y la queja de Moisés, Dios saca lo bueno de los argumentos de Moisés diciendo “…Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti”. Recibo de Dios entonces esto: en medio de las limitaciones de la definición que yo pueda entender del poder de Dios, Él sabe que lo que hago lo hago para Él y que hay otros que también, después de su redención y purificación, pueden ser de ayuda en establecer su reino, en los perdidos. Entonces El es capaz de sacar de mi espíritu, tal poder, que podrían otros profetizar, estén o no a mi lado. Eso solo lo puede hacer Dios, cuando yo he caminado en su palabra y su espíritu se ha amalgamado al mío con tal adhesión, que Él mismo Dios, llama su santo espíritu; el mío mismo. (Esto es difícil de entender y explicar, pero por espíritu se recibe).



5- Texto Rhema:

(Num 11:20) sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto?

Nota: quien menosprecia a Jehová, quien es un avaro, y aunque en la salvación del señor, anda llorando y quejándose. Esta pronto a ser maldecido por el cumplimiento de sus propios caprichos.

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